miércoles, 16 de abril de 2008

¿Qué es el feminismo y cómo surge?

El feminismo es un movimiento de toma de conciencia y lucha de las mujeres por sus derechos y su emancipación social, así como por la igualdad real en la sociedad, de todos, hombres y mujeres, como personas. Claro que se ha dado un feminismo radical que pretendía la superioridad de la mujer frente al hombre.
Es, sin duda, el movimiento alternativo de más larga tradición en la historia contemporánea. Nace en el siglo XIX con el movimiento sufragista en Inglaterra, aunque hunde sus raíces en las ideas ilustradas y en la Revolución francesa. El movimiento sufragista comenzó en Gran Bretaña en 1866, con la presentación ante el parlamento de una petición firmada por 1499 mujeres exigiendo que la reforma del sufragio (que entonces se debatía) incluyera el voto para la mujer, y no sólo el del hombre. Al ser rechazada la petición, las organizadoras, conjuntamente con otros grupos de fuera de Londres, procedieron a crear en 1867 un movimiento permanente: La National Society for Woman´s Suffrage (Sociedad Nacional por el Sufragio de la Mujer). La figura mas destacada de la NSWS hasta 1890 fue Lydia Becker , liberal manchesteriana.

Igualdad para todos, el lema de la revolución, implicará que las mujeres también quieran ejercer los derechos que se le reconocen al hombre. Sin embargo, esa igualdad sólo es real si se parte de unas mismas condiciones y unas similares posiciones sociales, de lo contrario se torna en desigualdad. La situación social de partida de las mujeres es la de objeto decorativo y fuente de placer. Durante el romanticismo se las consideró como unos sujetos pasivos que deben limitarse a ser bellas. Las mujeres han trabajado en todas las épocas, pero su incorporación al sistema de producción capitalista se produce durante el siglo XIX, aunque con rasgos distintivos ante el trabajo masculino. El trabajo femenino durante el siglo XIX era complementario de la economía familiar e intermitente ya que dependía de las obligaciones domésticas. Normalmente el puesto de trabajo estaba en el propio domicilio, un 55% de las trabajadoras, y de estas el trabajo de modista era el más habitual. Las mujeres comienzan a trabajar fuera de casa, hasta alcanzar un tercio de la población laboral a comienzos del siglo XX, en los países del centro de Europa. Las mujeres trabajadores eran solteras, o casadas cuya economía familiar era especialmente crítica.

Naturalmente, en el campo las mujeres trabajaban habitualmente, aunque siempre dentro de la economía familiar. Durante la primera guerra mundial, la crisis de trabajadores favoreció la incorporación de las mujeres a la producción fabril. Sin embargo, a pesar de esta contribución laboral, no les eran reconocidos los derechos políticos.

4 comentarios:

Daniela Fuentealba dijo...

aY! qué entretenido eso del feminismo, no tenía idea de la historia detrás del término.
Me gustó el blog!
Dani!

osho! dijo...

Así que al principio se pretendía la superioridad ante el hombre??... no respaldo al machismo, pero creo que eso es demasiado. Siempre la igualdad es mejor y creo que empezaron bien pidiéndolo: con el sufragio. Ambos sexos tiene dercho de hacerlo, ya que eligen a los líderes que quieren que los representen, y eso no sólo es para los hombres.

imperialismo_SXIX dijo...

Que genial es super interesante el tema....
Esta super bien como lo desarrollaron pero como consejo d verdad creo q les falta para nuestro gusto algo sobre como como la mujer ha influenciado en la musica.
Pero es un detalle...al fin me gusto mucho el tema que trataron!

Camila Aguirre, Valentina Godoy y Ximena Pezo dijo...

¿Acabar con las desigualdades? Este es el ideal a alcanzar, sin embargo hay que ser realistas, siempre han existido y seguirán existiendo injusticias en distintos ámbitos pero al hacer un cambio en la manera d ver al mundo, la manera de proyectarse hacia el con respecto a las mujeres hace una revolución importante y aporta positivamente a lograr este ideal en todo el mundo.
Pasaron de ver a las mujeres como simples personas sin opinión ni derechos a personas muy capaces, con igual o quizás más inteligencia que los hombres.